lunes, 14 de noviembre de 2016

A pocos metros

A pocos metros, estaba su mujer. En los pensamientos del hombre, bullía  la idea  de matarla. Ni la brisa marina, ni el sonido producido por el balanceo de las ramas de las palmeras, ni el rumor de las olas, podían distraerlo de ese propósito, porque el mal estaba dentro de él. Pero entonces un gorrión se acercó hasta sus pies, buscaba unas migas de pan. El hombre desvió la mirada hacía ese gorrión. Le hizo gracia su cara aún infantil, como si llevara poco tiempo fuera del nido. Fueron unos segundos, suficientes para que el hombre no mirara a la mujer y cuando volvió a hacerlo, ésta ya se había ido.

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