lunes, 14 de noviembre de 2016

016

Tenía que haberlas visto venir: las llamadas no devueltas, los secretos, los cafés, la mirada perdida… Ese mensaje de mierda diciendo que nuestro tiempo había acabado entró en mi cuerpo corriendo como el veneno. “Sí, tienes razón, el tuyo dalo por acabado”. 

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