lunes, 14 de noviembre de 2016

Sin palabras

Gonzalo, profesor de primaria. De entre sus 90 alumnos se desvive por una preciosa niña de 8 años, María Bergara. Con la mirada perdida, pasa las horas absorta en sus pensamientos sin que nadie perciba lo que oculta bajo su angelical semblante. Apartada, se entretiene en los recreos sin intención de hacer amigos y rehuye de los piropos de la gente con sonrisas fingidas y los hombros encogidos.
Como cada domingo, Gonzalo se acomoda para disfrutar de un exquisito solomillo mientras escucha las noticias en la emisora local.
Última hora: “Sebastián Bergara asesina a su esposa en presencia de su hija”.
Gonzalo rompe a llorar, ya no tiene hambre. El ciego que desearía haber sido sordo, se ha quedado mudo.

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