Al jefe le llaman gallo Perico,
les canta y despierta cada mañana.
Molesta a todos con su fuerte pico
y salta por donde le da la gana.
A la buena y bonita Guillermina
tiene llena de heridas con su pico,
así se llama se novia gallina,
la trata fatal el gallo Perico.
― ¡Perico, ya sabes que no te quiero!
Le dijo alto cuando él entró en su casa.
― ¡Eso consentírtelo yo no puedo!,
contestó con la mirada que abrasa.
Fue cuando el gallo se puso furioso
y picó el plumaje de la gallina,
más que un ave parecía un gran oso
y la pobrecita quedó supina.
Así fue como el gallo mencionado,
quedó en una jaula, siempre, encerrado.
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