lunes, 7 de noviembre de 2016

Sonreír y nunca caer monte abajo

Cerró la puerta con cuidado tras él. Hoy también iría al monte. Aparcaría en ese pueblo tan bonito, de piedra y hiedra. Luego subiría a la cima, se dejaría rozar por el sol, se alegraría de estar pisando tierra, de sentir el viento suave del principio de invierno… Sonreiría.

Y, mientras, ella oiría cerrarse la puerta con cuidado desde el fondo del pasillo. Le vería salir de casa mientras pronunciaba aquellas consabidas palabras: "Quizá hoy no vuelva" "Quizá me deje caer monte abajo".

Y en la cocina una nota. Otra nota más que arrugaría después de leer. Otra nota. Otra nota en la que él repasaría lo que valoraba y lo que odiaba de ella.

Ella… evaluada constantemente. Él… sonriendo.

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