martes, 22 de noviembre de 2016

Antes muerta

Cuando no la conoces, la palabra Justicia te parece hermosa. 
Comisarías sobresaturadas, burocráticos juzgados y abogados aves de rapiña. Eso es en realidad.
Cuando las agresiones se convirtieron en costumbre, acudí a ella; pero habla en latín, y no me entendió.
Y de repente me encuentro con mi marido gritando incoherencias, con un cuchillo en la mano, incapaz de hacerlo recapacitar, porque ni siquiera me presta atención.
Tampoco yo lo escucho: solo veo el acero, que sobrevuela con su amenazador brillo.
Le hablo:
–Suéltalo, cariño, que no pienso denunciarte. Olvidaremos esto.
Y lo digo en serio.
Tiene los ojos inyectados en sangre, tal vez del alcohol.
Veo la duda en su mirada.
Y por fin, toma una decisión.

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