martes, 17 de noviembre de 2015

Al otro lado de la pared

Mi mente ausente recuerda…
Ese terror, paralizando mis piernas, agarrotando por completo mi cuerpo.
Gritos desbocados, manando biliosos desde su interior, haciéndose eco contra un sinfín de golpes, llantos y gritos de compasión, que agitándose y encolerizándose por segundos, agravaban mi conmoción.
Mis dedos temblaban, más incluso que mi atropellada voz, sin comprensión, desde el otro lado del teléfono: "Por favor… necesita ayuda…vengan rápido, rápido, por favor o la matará". Conseguí transmitir al fin.
Pienso en mis hijos, en sus sentimientos, actuaciones y esencia. Comparten de su entorno la igualdad, sin apreciar ni concebir otro modo de vida, conviven libres y sin prejuicios.
Sé que ellos trazan su camino, limpio.
"Saber educar"; Es la médula del futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario