Mi mente ausente recuerda…
Ese terror, paralizando mis piernas, agarrotando por completo mi cuerpo.
Gritos desbocados, manando biliosos desde su interior, haciéndose eco contra un sinfín de golpes, llantos y gritos de compasión, que agitándose y encolerizándose por segundos, agravaban mi conmoción.
Mis dedos temblaban, más incluso que mi atropellada voz, sin comprensión, desde el otro lado del teléfono: "Por favor… necesita ayuda…vengan rápido, rápido, por favor o la matará". Conseguí transmitir al fin.
Pienso en mis hijos, en sus sentimientos, actuaciones y esencia. Comparten de su entorno la igualdad, sin apreciar ni concebir otro modo de vida, conviven libres y sin prejuicios.
Sé que ellos trazan su camino, limpio.
"Saber educar"; Es la médula del futuro.
Gritos desbocados, manando biliosos desde su interior, haciéndose eco contra un sinfín de golpes, llantos y gritos de compasión, que agitándose y encolerizándose por segundos, agravaban mi conmoción.
Mis dedos temblaban, más incluso que mi atropellada voz, sin comprensión, desde el otro lado del teléfono: "Por favor… necesita ayuda…vengan rápido, rápido, por favor o la matará". Conseguí transmitir al fin.
Pienso en mis hijos, en sus sentimientos, actuaciones y esencia. Comparten de su entorno la igualdad, sin apreciar ni concebir otro modo de vida, conviven libres y sin prejuicios.
Sé que ellos trazan su camino, limpio.
"Saber educar"; Es la médula del futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario