viernes, 20 de noviembre de 2015

LA PUERTA DEL COCHE

Charo miró varias veces seguidas por la ventana de la oficina. "¡Qué impaciencia chica!, ¿Ya está tu hombre? ¡Que suerte tienen algunas!", comentaron sus compañeras. Charo sonrió con una mueca amarga. Cuando llegó la hora, salió con ellas del edificio. El marido estaba apoyado en su coche. Al verlas salir, cruzó la calle y se acercó donde estaban. Saludó a todas con simpatía y educación. Le dio un beso a su mujer, se ofreció a llevarle el bolso y el abrigo, y se despidieron. Él miró a los lados y ella cruzó sin mirar. Se metieron en el coche. Cuando él cerró su puerta, ella sintió un escalofrío y se puso a temblar.

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