jueves, 19 de noviembre de 2015

Ella tiene la palabra

Se hallaba contemplando la puerta cerrada que ponía el punto y aparte a aquel episodio. Aquella escena le resultaba familiar, no era la primera vez que la golpeaba y desaparecía para volver horas después. Unas disculpas poco convincentes acompañadas de unas lágrimas ayudarían a que el arrepentimiento fuera creíble. Pero esta vez algo era diferente, ella, al contrario que otras veces, no quería que el volviera, tenía el presentimiento de que si había una próxima vez no podría volver a mirar esa puerta, ni ninguna otra.
Buscó el teléfono marcó el número que le ayudaría a convertir esa puerta en un punto y final, y a pesar del dolor punzante en su pómulo izquierdo, sonrió.

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