martes, 17 de noviembre de 2015

HOGAR


Él entra en la habitación del hospital con un ramo de flores. Ella tiene un tubo metido en su boca agrietada. Él se acerca a la cama, le dice que lo siente, que no volverá a hacerlo, le acaricia el pelo, le besa la frente.Una lágrima resbala del ojo amoratado de ella. Él cree que ella ya le ha perdonado, siempre lo ha hecho. Antes de irse le promete que vendrá a recogerla, que la llevará de vuelta al hogar. Ella aprieta con fuerza un número de teléfono, dicen que tienen psicólogos, abogados, casa de acogida. Empezará de nuevo sin él, porque se merece otra vida, porque ella importa. Ahora lo sabe. Está viva y va a luchar.

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