viernes, 20 de noviembre de 2015

Hoy

Dijiste que me querías, pero ¿por qué cuando pasa el tiempo los actos emborronan los sentimientos? Al principio tus palabras marcaron a fuego mi corazón y lo hincharon de amor, ahora tus manos marcan mi piel y dejan una huella de fuego y allí donde chocan en mi piel se hincha de dolor. De color purpura me obligas a vestir algunas partes de mi cuerpo y mi alma entera.

Anoche soñé que una nube negra se cernía sobre mi, tenía tu rostro ofuscado como el diablo, pero yo me levanté con toda mi fuerza de mujer, tan poderosa como una atalaya, muy segura, tus formas furibundas se desdibujaron y disiparon para desaparecer para siempre.
 
¡Hoy! Hoy he dicho, ¡BASTA!.

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