jueves, 12 de noviembre de 2015

No he muerto, ¡fui asesinada!

Vi el cuchillo, su cara furiosa delataba que se dirigía hacia mí. Me apuñaló, no pude esquivarlo, ni correr o gritar. Estaba totalmente paralizada, el terror es un enemigo difícil de vencer. Me pudo.
Ahora sangre, solo veo sangre, por todas partes. La vista se me nubla, el dolor me desgarra, es insoportable. Se que me muero por ser mujer, inferior, su posesión, yo era suyo... Controló mi vida y ahora, como posesión que soy, decidió deshacerse de mí.
Ya estaba cansada de ser su cosa, decidí ser yo, vivir mi vida. Su virilidad no lo pudo soportar. Ahora que la vida se escapa de mi cuerpo, se que tomé la decisión acertada, fuir feliz.
Desgraciadamente, el patriarcado decidió mi suerte.

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