La amaba tanto que no la imaginaba en manos de otro hombre.
Tanto que a cada minuto se moría por saber dónde estaba y con quien.
La amaba tanto que no pudo resistir la idea de darle lo mas preciado que jamás nadie podría poseer.
La eternidad.
Y se la regaló aquella noche en forma de 6 puñaladas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario