viernes, 27 de octubre de 2017

Física elemental

Tenía que haberlo previsto. Tarde o temprano iba a ocurrir. Pero siempre piensas que hay lugar para el cambio, que nunca es suficientemente tarde. Era, por demás, el padre de sus hijos. ¿Cómo no darle una última oportunidad? Era lo que tenía el amor, que te cegaba el entendimiento. Y ahora estaba ahí: sintiendo por sí misma el efecto de la caída libre de los cuerpos. Era increíble cómo una vida cabía en el lapso de siete pisos. En el sexto recordó el 016, los tres dígitos salvadores que nunca llegó a marcar. En el segundo recordó a sus hijos. De golpe, dejó de recordar.

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