Aquella NOche que el cielo lloraba, se prometió A sí misma que ya no derramaría una lágrima más. Se desvistió de su disfraz de sumisa y mirándose al espejo, se arrancó LA tristeza de sus ojos verdes.
A su mente aún volaban imágenes de su VIda pasada, O recuerdos olvidados que LENtamente recordaba esos días de marzo y
haCIAn que su autoestima se resquebrajara por momentos. Se sentía DE cartón, doblegada por GEnte como él. Pero se NEgaba a volver a ser su esclava, una ROsa marchita olvidada en un precioso jarrón.
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