Renuncia al dolor lacerante que ata de por vida al secuestro infinito del alma aún a costa del precio del olvido.
A la correa que azota, al látigo de la palabra punzante que humilla y escarnia, a las manos mugrientas que descarnan la inocencia perdida en el hogar de padres ausentes,
A los que ya no tienen la palabra, a la mirada perdida teñida de violácea perdición ante el oprobio, el perdón y el olvido. Al hedor del aliento etílico ahogando mi socorro, a la sangre corrompida que en nombre del amor me contagió de muerte en vida.
A vosotros os libro de odio,vuestra es la vergüenza y no mía, ahora soy libre YO la mujer, la madre y la niña.
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