miércoles, 18 de noviembre de 2015

Gracias

El caer la noche, caminó sin rumbo fijo, estaba cansada de correr a ciegas. Por fin quitó las telas de araña que durante años estorbaban sus pasos. Era una noche sin estrellas, una noche prohibida a la luna, pero ella decidió bañarse de valor y corrió dejando atrás sus miedos; huyó del pasado confiando en sí misma.

Cuando vio la luz del nuevo día, agradeció no estar sola, agradeció las manos extendidas. Hoy sana su alma, mientras esconde su lastimado cuerpo. Todos saben que él la perseguirá por siempre, pero ella tiene la certeza de que después de una noche sin luna, sale el sol. Al despedirse dijo: gracias por vuestra ayuda

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