Estaba perdida en aquel lugar. Le había costado sangre, sudor y lágrimas, sobre todo lágrimas, pero el camino recorrido la había conducido a esa situación. Angustiada, hizo una llamada de auxilio. Al colgar sintió como el miedo se apoderaba de ella, miró atrás y no encontró sus huellas. Deshacer lo andado ya no era una solución, tenía que buscar un nuevo rumbo. Puso sus esperanzas en la perspectiva que le ofreció aquella llamada al 016 y se dirigió al punto de fuga.
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