miércoles, 11 de noviembre de 2015

POR MI, POR TI Y POR TODAS MIS COMPAÑERAS

Dejé de verme en ese espejo reflejada,
consiguiendo incluso no reconocer ni mi mirada.
Y me decía: Tú no eres nadie, tú no eres nada.
Tú no sabes volar, tú no tienes alas.
Pero ese día abriendo su luz el alba,
era mi golpe en la mesa fuerte lo que sonaba.
“¡Basta ya de mentiras, ya basta!
Borra el pasado, vive el presente y sigue a tu alma,
que no está muerta sino adormilada”.
Se reveló esa noche y se fugó en la madrugada.
Y tras el último portazo, por fin, ya nadie lloraba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario