martes, 17 de noviembre de 2015

Paredes

Paredes. Se supone que siempre han sido hechas para proteger. Pero, ¿y si esta vez eran lo único que le impedían vivir? A lo mejor esta vez estaban hechas para encerrarla. Encerrarla de tal manera que nada ni nadie pudiera rescatarla.
Rota. Así estaba ella. Rota como un cristal que corta. Rota como un pedazo de papel en la basura, como algo que ya no importa.
Las palabras ahora eran punzantes como alfileres, alfileres que hacían más daño que un simple golpe. Golpes, algo de lo que tampoco podría escapar.
Cuatro paredes que fueron testigos. 
Cuatro paredes que vieron cómo ella se desmoronaba.
¿Quién dijo que esta vez las paredes podrían salvarla?

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