«Lo que más duele es el silencio de la televisión a todo volumen, que el maquillaje ya no baste, disimular la cojera y el dolor en la mandíbula, la mancha de sangre que no sale de mi blusa favorita, los vecinos que miran con lástima a los niños, compartir luego la cama y recibir un monstruoso gesto de cariño en plena noche como si no hubiera pasado nada, ser capaz de justificarlo y preguntarme por qué lo sigo amando, perdonarlo y volverme a quedar embarazada, que quite siempre el telediario, sentirse una cifra, que te llamen víctima, las horas frente al teléfono móvil con los tres números marcados...».
El policía cerró el diario, el juez ordenó el levantamiento del cadáver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario