miércoles, 18 de noviembre de 2015

Insonorizada

Sus párpados superiores gotean, dejan ver sólo la mitad de las pupilas. La nariz se colorea en un degradado del amarillo al negro. El labio superior tiende a abrirse, pero el inferior se alza y crea una especie de mueca como de silbido. El cuello parece moldeado por un escultor inexperto. Alrededor sólo hay papeles y varios charcos multicolores.
—¿Está muerta?
—Sí. Lo de siempre. Ningún vecino se lo podía imaginar. Nunca han escuchado un grito, ni un golpe. Nada, dicen que no hacían ruido, que parecía que aquí no vivía nadie.
Recojo un papel del suelo, un fragmento de billete de metro. Un libro de familia. Una fotografía rota de un niño montado en bicicleta. La factura de una obra de insonorización de la casa. Golpeo con los nudillos la pared junto al dormitorio principal, parece sólida y suena a hueco. Un buen trabajo de albañilería.

No hay comentarios:

Publicar un comentario