La voz del violín de fondo rompió el silencio tras el golpe contra el mostrador. Un hecho de valentía que muchas personas hacen a escondidas tras una máscara de alegría. Se acabó, todo llegó a su fin, al dejar María, con ímpetu su denuncia ante la policía. Sonó y sonó la música pero esta vez no se precipitaban lagrimas saladas al vacío de sus mejillas enrojecidas, esta vez sonó el violín como himno de la victoria y nueva vida.
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