Decía ser más doloroso para él que para ella. Ella jamás quiso ni esperó cielos prometidos, quería alcanzarlos con él. Ella de verdad quería ser feliz y luchar por lo que tenían, pero a veces no podía más y se enfrentaban. Eran peleas sumamente duras, de esas que te destrozan, por fuera y dentro. Te desgarran. Después ella terminaba dándose por vencida, y al poco comenzaba otra vez el ciclo. Hasta que ella, con valor, le dejó, y después él se dio cuenta. Ella siempre le mostró amor y le dijo: Te quiero. Él la maltrató, simplemente la destrozó.
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