Estaba muy preocupada por Clara, su hija de cinco años. En los últimos dos días apenas había comido y ahora se negaba a comer nada.
-Te he hecho esto porque sé que es lo que más te gusta. ¿No quieres ni probarlo?
La niña negó con la cabeza.
-¿Estás mala?
La niña apartó el plato.
-No, no quiero.
-Pero si no comes no te vas a hacer mayor nunca.
-Yo no quiero hacerme mayor.
-¿Por qué? Eso es una tontería, cariño.
La niña apartó aún más el plato.
-Porque no quiero tener el cuerpo lleno de manchas moradas.
Esa misma tarde Cristina tomó la decisión. Fue a la comisaría y presentó la denuncia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario