miércoles, 22 de octubre de 2014

Sólo quiero morir

Abro los ojos con dificultad. Apenas veo nada, no siento nada. Tan sólo el pitido de una máquina enchufada a mí. Me duele todo el cuerpo. ¿Por qué me hace esto? ¿Por qué me pega? Y todo por servirle la cena fría. Sus gritos me ensordecen, sus golpes me duelen. "¡Para, para!" Suplico, pero no escucha, hasta caer rendida sobre la alfombra, medio muerta.
      ¡Dios mío! ¡Ahí viene! Entra en la habitación. Llega sonriente, con unas flores en la mano. Ya no está borracho. Se acerca


a mí. ¡Tengo miedo! Me besa con ternura y me susurra al oído: "Tranquila cariño. No volverá a ocurrir. Te quiero tanto..."
Odio sus palabras. No quiero oírle. Sólo quiero morir.

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