lunes, 26 de octubre de 2015

LOS HILVANES DEL TIEMPO


         

                        Guardada en un arcón está la falda de mi bisabuela, larga hasta los pies. Si enseñaba el tobillo su marido la maltrataba.
                    En una cómoda he encontrado una falda de mi abuela un poco menos larga que la de la bisabuela. Si se le veía la pantorrilla mi abuelo le gritaba.
                      En un armario cuelga una falda de mi madre hasta media pierna. Si al sentarse enseñaba la rodilla, mi padre le ponía mala cara y se enfadaba.  
                        Sobre la silla, me espera mi minifalda para salir por la noche hasta la hora que quiera. Los tiempos cambian y mi padre no se atreve a decirme nada.
                         Hoy grito: ¡hay que eliminar la violencia!

             


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