Huir; esa era la opción que me habían aconsejado las pocas personas a las que tenía la confianza suficiente para contarles mi infierno personal. Los casos en los que era asesinada una mujer de manera brutal eran carne de medios de comunicación sensacionalista. Los partidos políticos más reaccionarios nos señalaban por ser un "cáncer que utiliza dinero público para no hacer nada". Mientras, el uso de actrices y mensajes positivos en algunas campañas dantescas se olvidaban de la realidad del problema. La prevención y educación es fundamental,pero la sociedad debe recordar lo más importante para que personas como mi hijo denuncien los actos violentos contra una mujer. Porque yo no quería huir.
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