miércoles, 4 de diciembre de 2019

La coraza

Recuerdo la sensación de mirar la vida desde fuera, como si no perteneciese a ella. Tras una coraza que impedía que la felicidad entrase. Como si la dicha de vivir no me estuviese permitida. Como si estuviese reservada para las otras niñas, las niñas que no tenían un secreto, las niñas que no sufrían un dolor indescriptible. La coraza también impedía que ese dolor saliese, lo contenía. Prevenía el detonante de la angustia...con todo lo que eso conllevaría. Y así transcurrió mi infancia, como un espectador que no forma parte de la historia. Ese mecanismo de protección que fui gestando me permitía seguir viviendo, pero me impedía vivir.

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