Rogelio fue despedido, todo el día devoraba cervezas. Su mujer temía volver a casa. La culpaba de todo, del despido, las borracheras, la maltrataba, de palabra y obra, más que obra, drama diario.
El malnacido no reconocía que le despidieron por trabajar ebrio.
Ella pasaba tiempo en el bar, conoció la bebida, la conquistó, le hacía olvidar, aunque nunca olvidó lo que en casa sufría.
Un día llegó tarde, Rogelio intentó golpearla, Avelina con su compañera la bebida se defendió. Lo apartó , cayó al suelo desnucándose.
Avelina fue condenada por culpa de su maltratador. ¿Culpable?, para la justicia si, ¿lo era?, algunos vecinos creían que no, cuando la pegaba nunca estaban para defenderla, ni ellos ni la sociedad.
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