domingo, 25 de noviembre de 2018

¿Ángel?

¿Ángel? 

Dos vigilantes han entrado por esa puerta, por donde diariamente mis compañeras y yo salíamos con miedo y desilusión. 

Se lo han llevado y frente a nuestros asombrados ojos él ha escondido los suyos cual cobarde sin coartada. 

Su cuerpo parecía encogerse dentro del traje negro que hasta hace poco le hizo sentirse distinguido y diferente. 

A la distancia vimos esfumarse el poder que nuestro largo silencio un día le otorgó. 

Se llama Ángel, ¿qué ironía, verdad? Realmente se trata de un monstruo misógino, xenófobo y machista. 

¿El mundo de vueltas?, ¿justicia divina?, ¿existe el karma? El punto es que le han despedido y su historia en nuestra empresa, para él, no ha tenido un final feliz.

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