Intento borrar la persistente creencia de que mi sitio estaba a tu lado. Tanto tiempo sin voluntad, me cuesta entender esta extraña normalidad de independencia. Sin que nada pase, sin temor al escuchar la cerradura, sin dolor de estómago, ni temblor en las manos.
Como un tronco arrastrado por la marea, todo entonces era previsible, a pesar de la deriva de mi vida. No me perdono no lograr olvidarte. He de borrar el recuerdo de tu respiración tras mi cuello. Tus caricias de hambre desmedida y mi censura emocional al recibirlas.
Anhelo el beso de tu ausencia. Te amaría hasta el fingimiento si no fuera porque sé que no debo, ahora por fin sé, que eso no era amor.
Como un tronco arrastrado por la marea, todo entonces era previsible, a pesar de la deriva de mi vida. No me perdono no lograr olvidarte. He de borrar el recuerdo de tu respiración tras mi cuello. Tus caricias de hambre desmedida y mi censura emocional al recibirlas.
Anhelo el beso de tu ausencia. Te amaría hasta el fingimiento si no fuera porque sé que no debo, ahora por fin sé, que eso no era amor.
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