Presentía que hoy sería una tarde diferente, eran casi las seis y él no había llegado a casa.Mi cuerpo ya temblaba de miedo y por mi cabeza pasaban imágenes de los últimos meses juntos. Cuando abrió la puerta mi corazón se quería salir, él entró más agresivo que nunca, con un cuchillo en la mano, pero esta vez, mis vecinos estaban pendientes de mí, y al oir el fuerte estruendo que la puerta hizo al chocar con la cómoda del pasillo, bajaron de inmediato en mi auxilio. Ellos sabían que cualquier día, en cualquier momento algo pasaría. Todos teníamos miedo a denunciarle por sus múltiples amenazas, pero también todos estábamos unidos. Entre todos me salvaron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario