Verme de madrugada frente a semejante injusticia, iba más allá de una empatía de género, Me hallaba ante una mujer que me necesitaba a partes iguales como su abogada, su amiga y sobre todo, como alguien que la creyera.
Tras irrumpir violentamente en la casa, su ex marido la había encerrado en el dormitorio y había logrado candar la nevera y armarios, con la intención de acusarla de no alimentar -y por tanto maltratar- a sus hijas: cuya custodia compartida quería arrebatarle.
Pero algo diferenciaba esta agresión de las anteriores. Desde la intimidad de su celda, ella había grabado los insultos y amenazas de él. Esta vez tenía pruebas. Por fin, una victoria. Una oportunidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario