jueves, 9 de noviembre de 2017

La última vez

Él la observa, pero no le dice nada. Ella no está segura de si sus ojos están clavados en sus facciones ya serenas. Al menos ahora no hay ira ni desprecio. Si acaso, sorpresa. "Yo te amaba. Te amé", le susurra ella. Y rompe de nuevo en sollozos casi inaudibles que amortigua con sus manos en el rostro.
Llaman al timbre. Él sigue ahí, mudo, inmóvil. Ella se levanta y va hacia la puerta. Se mira un instante en el espejo de la entrada pero, antes de abrir, va a la cocina. Agarra un trapo y regresa al espejo. Se limpia las manos y luego la cara. Deja el cuchillo manchado en la cómoda donde antes dejaban las llaves. Abre.

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