martes, 4 de noviembre de 2014

Sin ti...

Sonó la alarma del teléfono, salió para trabajar. Se despidió de ella con un beso, adoraba ver todas las mañanas su rostro. Era su fuerza, su energía para seguir adelante. Y era feliz, la persona más feliz del mundo. No necesitaba mucho más.
Ella lo quería despedir, se hacia la dormida porque sabía que le gustaba, cuando se fue, se levantó a ducharse y salió de casa.
Se dirigió a los apartamentos de enfrente, allí se veía con su amante. La acariciaba, le curaba las heridas. ¿Te volvió a golpear? le decía, la mimaba.
La cuidaba. Pero ella tenía que aguantar con otro, porque sabía que si lo dejaba. Se moría, se moriría por dentro.

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