No lo entendía. ¿Cómo al principio las personas pueden aparentar ángeles, y al final acaban siendo el mismísimo demonio? Ahora definitivamente estaba viviendo un infierno. Nadie se daba cuenta de lo que verdad estaba sucediendo. Cada día era una completa lucha con el corazón. Gritos, empujones y lágrimas. Lo peor era la gente, cuando los veían se lo tomaban a broma. Todos sufrimos. Hay virtudes, como la amabilidad, la bondad y la generosidad que en exceso pueden volverse en contra de uno mismo. La vida se le hizo muy pesada. No encontró otra cura que el suicidio. Jamás dejó de quererla.
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