martes, 18 de noviembre de 2014

Alas de gaviota

Tantos años de sufrimiento, de vejaciones, de palabras clavadas en su piel como afilados cuchillos. Tantos años de silencio, de soledad… Mas un día decidió volar, y se convirtió en gaviota, y atravesó mares teñidos de ámbar, y bosques que emanaban olor a poesía, y horizontes de espejo donde encontró a otras como ellas, frágiles cuerpos de aves capaces de crear un escudo para protegerla de los fríos golpes del aire. Sí, y alguna vez volvió la vista atrás, pero ya sin dolor, libre por fin, y sobre todo, dispuesta a resucitar los esqueletos de besos, caricias y de todos aquellos sueños que perseguía y por los que día tras día desplegaría, ya sin miedo, sus alas de gaviota . 

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