miércoles, 5 de noviembre de 2014

480 minutos

Vivimos en un país relativamente pequeño, con una población relativamente baja y unas leyes relativamente avanzadas. Estamos a años luz del contexto social en el que crecieron nuestras abuelas. Se puede decir que nuestra situación es poco menos que utópica desde el punto de vista de las mujeres que vivieron la Edad Media. Y aun así, sólo dentro de estas fronteras, una de nosotras es violada cada ocho horas, aunque este dato ignora las agresiones sexuales sin penetración. Son pensamientos que ocupan mi mente mientras vuelvo a casa sola en mitad de la noche. Y como les sucedió a todas y cada una de las mujeres violadas de este mundo, yo también albergo la esperanza de no ser la siguiente. 

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