lunes, 21 de noviembre de 2016

Vivir con miedo

El fiel saludo de su gran pastor alemán, los tres cerrojos en su puerta blindada, y la orden de alejamiento finalmente conseguida, son los talismanes que la ayudan a vivir con una cierta normalidad, pero cuando su cuerpo cansado se entrega al sueño, no consiguen evitar la eterna visita de su marido, siempre borracho, siempre cruel, castigando con violencia cualquier imaginario fallo, y solo la empatía de su mascota, lamiendo su atormentado rostro, consigue traerla de vuelta de su pesadilla, acompasando sus gemidos de angustia y robando a la vida unos segundos de paz.

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