Ya no me duele ni me apena, sólo me da vergüenza. Porque me lo has arrebatado todo: las ganas de vivir, la juventud y hasta la salud. Me has despojado de alma y sólo has dejado un cuerpo magullado. No soy más que una pizarra en la que dibujas muescas, un espejo roto que refleja mil veces tu ira. Era una mujer y ahora soy sólo vergüenza.
Pero esto se acaba aquí, se acaba ahora. He buscado en toda la casa y no he encontrado el documento que te acredite como mi dueño. No existe. No soy una planta, ni una mascota, ni una lámpara que estrellas contra la pared.
Soy una mujer. Y vergüenza debería darte a ti.
Pero esto se acaba aquí, se acaba ahora. He buscado en toda la casa y no he encontrado el documento que te acredite como mi dueño. No existe. No soy una planta, ni una mascota, ni una lámpara que estrellas contra la pared.
Soy una mujer. Y vergüenza debería darte a ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario