lunes, 14 de noviembre de 2016

Una mirada de deseo

Helena era una persona sencilla, siempre iba vestida con ropa cómoda para ir al trabajo, nunca llevaba escotes o faldas, para no llamar la atención de nadie de su oficina. Un día ella rompió esa norma, porque después del trabajo debía acudir a una reunión de amigas, se pintó y se vistió de otra forma.
Sus compañeras le alabaron su aspecto: --¡Helena! ¡Qué guapa vas!
--¡Gracias! ¡Es que hoy es un día especial para mí!
Un compañero se quedó embobado mirándola, sobre todo su escote y sus piernas debajo de la falda, mientras pasaba por el pasillo.
Otro compañero se dio cuenta, y pegó al mirón en el cuello, para que dejara de mirarla como un objeto.

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