lunes, 21 de noviembre de 2016

Otro tiempo

Cuando papá pudo  por fin hablar, mamá estaba vuelta de espaldas; se agarraba a las cortinas y  el pis le bajaba por las piernas. Al principio no conseguíamos entenderlo. Tenían la voz ronca y parecían sedientos. No quisieron  tomar agua. Les pedimos que nos contaran su discusión. Se negaron  a hablar. Les imploramos abrazándolos muy fuerte.  
Mamá puso una mueca de dolor en el rostro y  calló; papá de nuevo bajo al bar sin camisa que lo cubriera bajo un  endeble sol de otoño. Nunca olvidaré  la mirada aterrorizada de mi madre,  ni el comentario de la suya.
-A ver si no vuelves a traspasar esa puñetera puerta-
Fue la última vez que los vimos enfadados.

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