viernes, 18 de noviembre de 2016

Ni Irene debería

-          ¡Uy! Perdona, soy una torpe.
-          No, perdóname tú. Voy acelerada. ¿Te has hecho daño?
-          ¿Esto? No, tranquila. Ayer  me caí haciendo running y me fisuré una costilla.
-          Ah.
-          Bueno, me marcho, que si no tengo la cena hecha cuando llegue Enrique se pone como una fiera. Ya sabes cómo son estos hombres.

Marta mira cómo Irene se aleja una vez más con la cabeza gacha, una sonrisa forzada y sujetándose, esta vez, el costado. Nunca sabe si decirle algo. Pero sabe que no son imaginaciones suyas, que debería meterse donde no la llaman, porque no lo aguanta. Ni Irene debería.

“¿Tomamos un café?”. ENVIAR. Si cree que está sola, tendrá que demostrarle que se equivoca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario