lunes, 21 de noviembre de 2016

Ni golpes que duelan, ni palabras que hieran

Nuestra relación comenzó aquella tarde del dos de abril de 2006. Durante una década, fuimos como dos enamorados ardientes que disfrutábamos apasionados haciendo el amor cada noche.

Me enganché a tus caricias y besos,… pero con el tiempo las disfrazaste con desprecios, insultos, celos y faltas de respeto.

Seguía enganchada a ti y absorbida por el recuerdo de aquellos maravillosos años. Pero me sentía vacía, triste, sola… negando una realidad invisible delante de mis ojos.

Me convertí en tu obsesión en la que día tras día descargabas tu ira y rabia con golpes que resquebrajaban mi alma por dentro… era tu narcótico preferido, anestesiando todo mi ser vulnerable

No hay comentarios:

Publicar un comentario