He sido golpeada, de tal forma que rogaba con todas mis fuerzas morir. El único capricho de que era merecedora era el maldito maquillaje para tapar mis moratones.
He vivido deplorables violaciones que me han hecho sentir sucia, vacía e insignificante.
Me encuentro despreciada, vivo una abominación diaria de nefasta humillación que me bombardea de forma aciaga y cruenta que anula mi capacidad de cortar las cuerdas que me sujetan y guían cual marioneta grotesca con cuerpo de persona y cabeza de trapo.
Por fin he encontrado la lucidez suficiente para darme cuenta de todo, y espero tan solo conseguir el valor necesario para convertir mis pensamientos en palabras.
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