viernes, 18 de noviembre de 2016

Mentiras descubiertas

Como no conocía la casa, Elena entró sin querer por la puerta del patio trasero. En el otro extremo había alguien que no advirtió su presencia.
Elena reconoció por las fotos a la que iba a ser su futura suegra. Iba a saludar a la mujer cuando esta se giró ligeramente. Sollozaba y tenía un ojo hinchado.
Confundida, Elena retrocedió hasta la calle, dio la vuelta a la casa y llamó al timbre de la puerta principal. Abrió Jaime.
–Mi madre no podrá venir porque está con unas amigas, pasa y te presento a mi padre –dijo sonriente.
Elena dudó, miró con tristeza a su novio, entró en su coche y condujo decidida hacia la comisaría de policía.

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