lunes, 21 de noviembre de 2016

Eternamente en mi recuerdo.

Nunca supe cómo decírtelo. Cómo hacer para que mis palabras fueran lo suficientemente efectivas, haciéndote cambiar y recapacitar sobre la gravedad de la situación. Pero ya no puedo hacer nada. Hace meses que no consigo dormir pensando en tu sonrisa, grabada a fuego en mi mente. Entregarte a los brazos de quién me destrozó la vida. Yo, que te eduqué para que te alejaras de hombres como él. Yo, que te habría protegido con mi vida, que habría dado cualquier cosa por tenerte a mi lado, escribiendo estas líneas para intentar frenar la rabia y la tristeza que siente mi corazón por no haber sido capaz de salvarte de esa pesadilla que te perseguía, y que te condenó. 

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