lunes, 7 de noviembre de 2016

Érase una vez un pez

Apenas veo. Las lágrimas hinchan mis ojos. Distingo a mis hijos muy entretenidos viendo una película de un pez. Tiene un problema de memoria bastante grave: olvida todo lo que le ocurre. Olvidar… ojalá yo pudiera. De repente, empiezan a cantar:
  • “sigue nadando, sigue nadando” …
Su canto me exhorta a lanzarme a la batalla. Y sin pensarlo, cojo aire y me zambullo. No sé por cuánto tiempo voy a poder aguantar la respiración, no recuerdo lo fuerte que era. Hace ya más de 5 años que toda la energía que tenía me la robaron. Y es entonces cuando escucho su voz y respiro aliviada:
  • “016 dígame! Tranquila te vamos a ayudar”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario