lunes, 21 de noviembre de 2016

El farsante

Cuando María observó por la mirilla de la puerta que Mario estaba allí, cogió rápido su teléfono móvil y envió un mensaje.

Abriendo la puerta y permitiéndole entrar preguntó:

–¿Qué haces aquí?

–Te echo de menos María. Ahora ya no bebo. Eres la mujer de mi vida, sin ti no soy nada, te quiero amor mío, déjame volver contigo.

En aquel momento Mario tosió y su ex-mujer le acercó un vaso de agua.

–¡Esto es imbebible, eres una inútil, no haces nada bien!– dijo él mientras lanzaba el vaso contra el suelo.

A continuación alguien derribó la puerta de la casa y gritó:

–¡Mario queda detenido por quebrantar una orden de alejamiento!–poniéndole las esposas.

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